Porque hablar de deseo no es caer en pecado, es rescatar el diseño.
1. El deseo sexual no es el problema. El silencio sí.
Durante años, muchas iglesias evitaron hablar del placer. El deseo sexual fue etiquetado como algo “sucio”, “carnal” o “prohibido”, especialmente para las mujeres. ¿El resultado? Generaciones de creyentes llenos de culpa, ignorancia o duplicidad.
Pero la Biblia no le tiene miedo al deseo. Al contrario: lo revela como parte del diseño original.
“Y creó Dios al hombre a su imagen… varón y hembra los creó. Y Dios los bendijo, y les dijo: Fructificad y multiplicaos…”
— Génesis 1:27–28
2. Dios diseñó el placer. No lo robó el mundo.
El placer no fue una idea de Hollywood ni de la industria pornográfica. Fue idea del cielo.
El orgasmo, el tacto, el gozo del cuerpo dentro del pacto fueron parte del regalo de Dios para el matrimonio.
“Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud… Sus caricias te satisfagan en todo tiempo.”
— Proverbios 5:18–19
Pero como no lo predicamos con verdad, el enemigo lo distorsiona con mentira.
3. Placer no es igual a lujuria.
La lujuria es el deseo fuera de propósito. El placer es el deseo dentro del diseño.
Hay un tipo de deseo que no necesita ser reprimido, sino ordenado.
“El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido… No os neguéis el uno al otro… para que Satanás no os tiente.”
— 1 Corintios 7:3–5
La falta de intimidad también es una puerta al enemigo. Reprimir lo santo puede abrir espacio a lo impuro.
4. Amar tu cuerpo también es adoración.
Nos enseñaron a “negar la carne” al punto de odiar el cuerpo.
Pero tu cuerpo no es tu enemigo. Es un altar.
Y el placer dentro del pacto no contamina. Consagra.
“¡Qué hermosa eres, y cuán suave… deleite!”
— Cantares 7:6
La Biblia no censura el deseo. Lo redime.
5. Lo que la iglesia no honra, el infierno pervierte.
¿Quién le habla a los adolescentes sobre excitación, ciclos, deseo, erotismo santo?
Cuando la iglesia no educa con verdad, el mundo educa con mentira.
“Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador.”
— Romanos 1:25
No es que el deseo haya sido robado. Es que lo entregamos al no hablar.
6. No se trata de reprimir. Se trata de redimir.
Dios no quiere apagar tu fuego. Quiere soplar sobre él y alinearlo con su propósito.
Placer no es un premio para los casados. Es una expresión de pacto, y también una dimensión espiritual.
“La voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación; que cada uno sepa tener su cuerpo en santidad y honor…”
— 1 Tesalonicenses 4:3–4
Redimir el placer es volver a decirle a Dios:
“Lo que creaste, lo honro. Lo que diseñaste, no lo escondo.”
🔥 Conclusión: Reeducar el deseo también es discipulado.
El silencio no sana. La vergüenza no libera.
Hoy más que nunca necesitamos una iglesia que enseñe con verdad sobre el cuerpo, el placer y el deseo.
Porque reprimiendo el diseño no se alcanza la santidad.
Se alcanza con amor, enseñanza y verdad.
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10 comentarios
Muy bueno lo q as escrito, pero el placer en el matrimonio q es lo q cubre, porque me an enseñado q muchas cosas que dan placer son pecados. Gra
Me encantó la info!! Me gustaría para poder hablar más a los adolescentes
Excelente forma de explicarlo y enseñarlo, tuve el agrado de poder preparar para auna convención de mujeres sobre este tema, y ahora también con estos puntos pude rearmar puntos para los que es adolescentes y jóvenes.. fue un placer para mí leer esto , tan genuino, verdadero y poderoso. Lo atesoro en mi porque no recibí este tipo de enseñanzas… Gracias gracias
Que poderosa manera de explicarlo, gracias Pastora creo que es así. El sexo en el matrimonio es sacro y es para disfrutarse el uno al otro, es más la biblia habla que la mujer Santifica al hombre por medio de la intimidad. Un abrazo .
Con todo respeto esto es más de lo mismo. Siendo soltera de 40 años, esperando y esperando, por supuesto que elegí perder mi celibato hace 10 años y no me puedo arrepentir, porque creo que me hubiera vuelto loca si no lo hubiera hecho. Es muy fácil decirnos a los solteros mayores que “esperemos en santidad”. Me he hacho investigar al respecto y tengo mis dudas que en verdad la fornicacion derivada de la traducción porneia signifique exactamente sexo premarital, además que si nos vamos a la inmoralidad sexual que habla levítico 18, no aparece por ningún lado el sexo premarital. Estoy en lucha interna por esto desde hace un tiempo, porque no me.cabe en la cabeza que Dios nos dió esa necesidad y que lo único que nos haga satisfacerla sea un papel, sabiendo el, que no todas las personas van a poder casarse.